jueves, 27 de enero de 2011

Sobre máscaras y desasosiegos


Nada más...De tanto andar con sombras, yo mismo me he convertido en una sombra -en lo que pienso, en lo que siento, en lo que soy. La añoranza de lo normal que nunca he sido entra pues en la substancia de mi ser. Pero es sin embargo esto, y sólo esto, lo que siento.
De “El Libro del desasosiego” Fernando Pessoa

El oscuro oficinista escribió este poema en prosa, no deja de inquietar que en lengua portuguesa Pessoa significa Persona, que a su vez etimológicamente representa el término "máscara".
Es la que ha llevado puesta el genial escritor, estigmatizando todo destino, toda encrucijada, hollándolo y clamándolo sin que nadie lo advirtiese, probablemente sin que él le importase demasiado.
En el diccionario se encuentra que desasosiego equivale a inquietud, intranquilidad. El largo poema de su libro le adquiere mesetas y promontorios a la palabra significada, socavando lo que está detrás, la sombra del concepto, su propio estanque y periferia.
La evidencia de un vórtice candente y triste...
No hay mejor modo de explicar la palabra que hundiendo nuestra sed en estos versos, hasta extraer toda miel, con paciencia de animales.

Más adelante el poema prosigue:
Y, en un momento, estoy pensando en otra cosa, inevitablemente, debido a un impulso que no sé que es. Y entonces, como si estuviese delirando, se me mezcla con lo que no he llegado a sentir, con lo que he podido ser, un rumor de árboles, un ruido de agua que corre hacia los estanques, una quinta inexistente...Me esfuerzo por sentir, pero ya no sé cómo se siente. Me he vuelto la sombra de mi mismo, a la que entregase mi ser. Al contrario de aquel señor Peter Schlemil del cuento alemán, no he vendido mi sombra al diablo, sino mi substancia. Sufro de no sufrir ¿Vivo o finjo que vivo? ¿Duermo o estoy despierto? Una vaga brisa, que sale fresca del calor del día, me hace olvidarlo todo. Me pesan los párpados agradablemente...Siento que este mismo sol dora los campos en los que no estoy y en los que no quiero estar...De en medio de los ruidos de la ciudad sale un gran silencio...!Qué suave! !Pero que suave, quizás, si yo pudiese sentir!

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