domingo, 26 de febrero de 2012

El nocturno divagar


Una línea plateada, poblada de luces calladas, habitada por palabras, sonidos e imágenes. A veces siento que es eso la Web, como si viéramos desde la cabina de un avión, cuando va llegando a un aeropuerto, una luminosa y nocturna meseta indefinida. Nadar en estos espacios resulta un ejercicio infructuoso, recoger frutos una tarea de artesano, pero esta allí, al alcance de cualquiera que bajo una pantalla anónima decida cruzar aquellos frondosos desiertos, la variable es una constante, basta un enlace que nos lleve a otra iridiscencia y así, multiplicar lo multiplicado, ígneos torbellinos que borbotan cuestionamientos, mensajes con errores de ortografía, versos de otros o propios, sentencias, razonamientos, ilustraciones y un largo hilo de construcciones mutiladas por el instante, y soledad, de las más escrutadora, la más silenciosa de todas, porque detrás de todas estas cosas hay almas que buscan consuelo, hacer menos dura la existencia. Mostrar que somos, a pesar de que no, mostrar que proseguimos a pesar de la ausencia.

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