lunes, 1 de febrero de 2010

El esplendor foráneo del poema

Algunos poetas deciden buscar en sus textos, lo que William Wordsworth denominó “un esplendor foráneo”, una intervención, deliberada, de un elemento ajeno al tema principal (por ejemplo cuando ciertas imágenes relativas a la naturaleza se incluyen en aspectos sentimentales del poeta) como si en el relato no fuera posible obviar el contexto espacio-temporal en el cual se encuentra imbuido el poema.

Según Jorge Luis Borges, la poesía en la que Wordsworth solía incurrir llevaba consigo una teoría psicológica que era preciso analizar en el momento de creación de la escritura. El poeta inglés decía que el poema nacía de la emoción recordada en la tranquilidad, un revivir de esa emoción pasado cierto tiempo, pero esta vez, según lo analiza Borges, el poeta es también un espectador de su yo pretérito, y es allí donde se genera el momento propicio para la escritura de esa poesía.

Hay quienes adornan los contornos subjetivos del poema cuando lo creado no es más que un horizonte llano para el poeta, algo que según su óptica analítica, precisa de un sentido estético, con el riesgo de sobrecargar con empleo de metáforas la idea de belleza que se busca alcanzar.

Tal vez se trate de persuadir al lector para tornar agradable la lectura, tal vez el oficio requiera estos concomitantes embelecos fraguados en reposo.

Quien sabe…


No hay comentarios:

Publicar un comentario