Era el final de los 80’, vivía en el sur y los viernes o sábados
me gustaba ir a Cemento, bajaba del 17 sobre la calle Piedras, la noche me
pertenecía, en los adoquines las temblorosas luces amarillas reflejaban
fulgores de neón, parecía un mundo aparte, caminaba con mi saco largo sin
apuro, de pronto se abría la 9 de julio que cruzaba como en un oleaje de
bocinas y luces, después era cuestión de estar un rato en la vereda, esperando
entrar, mirando gente que difícilmente podría imaginarme en la semana
trabajando de oficinistas o paseando perros en la calle. En la entrada de este
mítico galpón siempre había alguna pequeña muestra de arte, algo que se
entendía por abstracto y que daba la no-bienvenida hacia un mundo oculto,
cubierto de sesgos y de lienzos sobre un suelo que parecía pavimento y una
barra con olor a cemento fresco donde se juntaban botellas y sonidos blancos,
yo iba como un sonámbulo hasta el fondo.
Una noche tocó Homenaje a Joy División, llevaba puesta
una remera blanca pintada con letras negras, el título de la canción “love will
tear us apart”, Ernesto “Ian Curtis” la vio desde el escenario y me la hizo
sacar para mostrarla al público, se escuchó una ovación de fondo, aquella noche
mi felicidad era como un vino fuerte, las más extrañas tribus salieron de ese
templo, las bandas sonaban crudas y el calor era insoportable, los baños
siempre rebalsaban, me acuerdo del pasillo lateral que desembocaba en la parte
trasera del escenario, el olor a oscuridad húmeda, y de pronto estar ahí,
mirando el público al lado de la batería, para darme cuenta que después de eso
no iba a haber nada, que eso era todo y que a las pocas horas iba a estar
haciendo otra cosa, sin poder guardarlo ni retenerlo.
No se porqué rememoro, no tiene mucho sentido, será que
el otro día vi una vieja noticia de la demolición y tal vez supe que el tiempo
todo lo engulle, pasa una topadora y detrás no queda nada, ahora ahí se pueden
estacionar autos, lo que pasó quedó detenido en una postal ennegrecida, se
pintan las paredes, se abren otras puertas y el sol vuelve a entrar por la
ventana. El mismo sol que nunca vimos, cuando vivíamos rápido llenos de ruidos,
bohemia y alcohol.
Ahora aparece una canción, no sé a que grupo pertenece,
estoy en el almacén comprando harina y escucho una canción, son muchas
canciones que están dentro de esa canción, son muchos rostros atravesados por
sombras que se cruzan con la canción, será porque me di cuenta que algún día
pasaré por aquella esquina, y al cruzar la calle estaré pensando en otra cosa.
Será porque no es justo que el tiempo a veces sea sordo,
o porque ciertas cosas deben cumplir su tiempo, y no lo sabemos, ahora que
parece que estamos despiertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario