Todo el mundo escucha voces...
esto lo decía Fogwill, el punto es como articular lo que se
escucha, como se imita el artificio de lo devanado, como diagramar la estructura
invisible, sabiendo que se escribe mientras algo acaba de extraviarse dentro de
uno mismo, como establecer mesetas, promontorios, ríos y puentes. Como
detenerse mientras se siguen escuchando voces, como interpretar el aullido, la
brisa tenue, el pétalo debajo de la almohada. Como hacer de cuenta que las
vértebras no arden, que el hambre no es tal, que la lluvia no, que la silla de
mimbre tampoco. Como separar los planos, como distinguir el susurro de la
invisibilidad, como decir “el poema está listo”, como caminar al lado de
lo que se va escribiendo, como acordarse de llegar a casa, la curva exacta, el
árbol que parece amarillo. Como corregir lo que se escribe, como tachar lo
debido, como extender coordenadas, como habitar lo que se construye. Cómo decir
que sé lo que hago, como entender lo que otros entienden, como apagar el único
fuego, como hacer para ir a dormir...
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