sábado, 17 de marzo de 2012

Apenas eso


Crear, cuando parece que el día está apacible y arrastramos un conglomerado de situaciones inconexas, cuando todo es un silencio quieto, como pájaros que se desprenden en un vuelo sin fe, una ensoñación sin predicado.

Crear, desde lo precario y lo inexplicable, porque el lago está lleno de piedras en un fondo cubierto de algas y olvido, porque el barquito de papel parece plateado debajo del sol, y se hunde y se transforma en meseta de fragmentos descoloridos. Porque debajo hay un mundo y arriba otro.

Crear, como crean los chamanes en las rocas pintadas, bailando hasta que anochece, perdiendo todo sentido.

Crear, sobre la idea de que todo origen guarda para sí los lineamientos de una música nunca ejecutada, en el que las cuerdas son pulsadas por el intelecto, en un plano sin pentagrama.

Crear, profanando palabras del fuego, disgregando una materia candente, profiriendo aullidos indelebles en el día aparente.

Crear un poema, apenas eso.

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