martes, 23 de junio de 2009

El secreto de la vida

Una vez, siendo adolescente, disfruté una copa de vino en una tarde de lluvia, sentado en la vereda bajo un árbol frondoso, hojas verdes y amarillas, el tiempo podía fijarlo como si no sucediera, la compasión me dejaba mudo. 

Después entré a casa

Y la vida prosiguió.


2 comentarios:

  1. el desafío está en poder lograr ese HACER puro e incontaminado!

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  2. De eso se trata estimado, así nos lleve una brevedad de siglos conseguir ese equilibrio, agradezco la apreciación.
    Un abrazo.

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