martes, 1 de septiembre de 2009

Lo arrancado

Sucede como a los hierbajos.

Un texto va mutando, hasta alcanzar un horizonte incólume de tachaduras y revisiones, pero nunca es definitivo, nunca alcanza…

Publicamos para no tener que seguir corrigiendo” dijo alguien alguna vez.

Escuche de un pintor que si seguía pintando estropearía el cuadro, que llega un momento en que conviene dejar de desgarrar la tela.

Kurt Cobain firmó su carta triste con un epitafio ajeno “es mejor quemarse que desvanecerse lentamente”.

Estos dichos se corresponden con lo que vanamente pretendo decir.

Ciertas letras de canciones resultan poemas mutilados, deben corresponder a la forma para hallar su contexto, encuadrar con la música, cuya métrica obliga a ubicar ciertas palabras donde antes había silencio.

Figuras negras en un pentagrama, donde saltan las palabras al mismo tiempo, desprendiéndose de la semántica.

En poesía no es necesario que esto ocurra, el verso libre y la prosa poética tienden puentes de hilo hacia infinitos campos amarillos.

Allí, el umbral se abre, indefinido, y sin embargo todo lo conecta.

Siluetas de sombras que obliteran figuras en perfecta sincronía.


2 comentarios:

  1. En los primeros comentarios algo deje caer acerca de una expectativa de leer también tu poesía. Pero la poesía, a su personal manera de discurrir, ya estaba.
    De tus texto me va gustando que aprendo algo, me cultivo; que me quedo articulando ideas sobre las reflexiones que convocas; y que manejas excelentes raptos de prosa poética.
    ¡La imagen compañero, la imagen!... esa médula insustituible que, paradójicamente en su maleabilidad, le da solidez al hueso de la poesía.
    Salut!
    (luego vuelvo "a por" Rimbaud!)

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  2. Amiga
    Da gusto encontrar estos comentarios, porque le otorga un sentido y un valer la pena a lo que anónimamente se comparte.
    Lo que comentás sobre la imagen es para el aplauso.
    Saludos!!

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