miércoles, 23 de septiembre de 2009

Lo que ocurre

El otro día, en un canal de televisión, me detuve en un programa que tenía por protagonista a un ejecutante de bandoneón, el muchacho leía en el pentagrama y componía, pero algo me detuvo, mientras la música fugaba hacia algún destello, sentí que aquel tránsito llevaba a un inexorable recóndito.

Al principio fue contemplar el contexto, una casa llena de un sol tibio, pero no había nada amarillo en aquel espacio, el músico miró las paredes, algunas fotos, el marco gastado de la ventana, también el silencio, o eso parecía, a esa hora de la tarde en que algunas personas suelen dormir y otras simplemente perciben algo que pasa. En minutos el músico empezaría a balbucear notas, como un adagio, y cada nota lo llevaba a descubrir un paisaje interior, ese que construía sin saberlo, ese que tenía la honda quietud de la casa sin habitar, y era a la vez una casa que despedía viento…

Como fuera, algo ocurrió, algo me hizo ir al cuaderno, esbocé partituras con lo deshabitado de aquel instante, lo poblé de pájaros negros, le pinté de rojo un estanque, puse en silencio un barquito de papel…

Es una derivación, se tensan las palabras luego de soslayar un vaivén de notas que van fijando un instante, del pentagrama a la hoja en blanco, el hilo del ovillo que viene de algún lugar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario