domingo, 26 de julio de 2009

Javier Villafañe

Un buen día, a Javier Villafañe se le dio por recorrer el mundo en una carreta bautizada “La andariega”, llena de títeres, y entre ellos se encontraba el más querido de todos: Maese Trotamundos.

Lo vi una vez en una Feria del Libro de Buenos Aires, el poeta llevaba un sombrero negro y la barba blanca, y en su mirada había un valle, un aire quieto.

Lamenté no haber comprado uno de sus libros aquel día, pero recuerdo su sonrisa ante cada dedicatoria ofrecida a sus lectores.

Imposible elegir uno de sus cuentos, de sus poesías, de sus pequeñas y universales obras de teatro para títeres, recuerdo este, un diálogo detenido en el tiempo entre el títere y el titiritero, fragmento de Maese Trotamundos por el camino del Quijote:

Trotamundos: Usted no cree en mí como tampoco cree en usted mismo. Yo le escuché decir una vez: “Qué hermosa es la lluvia”. Entonces estaba sentado bebiendo whisky y mirando la lluvia a través de un ventanal. Y cuando llueve sale con un impermeable, un sombrero, botas de goma y un paraguas. Si ama la lluvia ¿por qué no sale desnudo cuando llueve? ¿por qué no siente la dicha, el goce de mojarse, como sienten el árbol o el buey?

Usted hace literatura, trampa. Una pregunta: ¿de qué signo soy?

Titiritero: De Cáncer

Trotamundos: Se lo escuché decir una vez en Buenos Aires, cuando el astrólogo Xul Solar quería saber el día, la hora exacta de mi nacimiento. Y fue en Italia, en Nápoles, cuando una quiromántica leyó su vida en las líneas de sus manos y después leyó mi vida en las rayas de mis manos de trapo. Y según ella moriríamos juntos, el mismo día y a la misma hora. Confieso. Le tengo miedo a la muerte. Le ruego se mire en un espejo. Usted ha envejecido. Tiene la barba totalmente blanca. Cumple 70 años el próximo 24 de junio. Es de Cáncer como yo. Está tan viejo que puedo matarlo con un cuchillo de utilería. Ése, de cartón, que está en el fondo de la maleta.

Titiritero: Usted, Maese Trotamundos, ¿sería capaz de matarme?

Trotamundos: Sí, no se olvide que soy su hijo.

Titiritero: ¿Y por qué no lo hace?

Trotamundos: Todavía quiero seguir viviendo...

Me gustaría creer que Maese Trotamundos sigue moviendo sus manos sin la ayuda de Javier Villafañe, que sigue pronunciando esos encantadores monólogos, me gustaría mucho creerlo, don Javier lo celebraría con un buen vino.


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