En el Hotel Edén de Córdoba, hoy sobreviviendo
de la venta de quesos y vinos caseros, queda un recuerdo singular de uno de sus
huéspedes ilustres, nada menos que Rubén Darío, quien en una nota agregada al
cuaderno de visitas se mofaba de la gente de “alcurnia” que solía visitar aquel
lugar, qué por motivos singulares de la Historia Argentina, terminó derruido y
abandonado. Hoy, un grupo de jóvenes editan videos y difunden libros sobre el
mítico Hotel, se cree que algunos nazis que escaparon de Europa se refugiaron
un tiempo en este paraíso. Pero lo que no pude evitar cuando estuve allí con mi
mujer fue leer el manuscrito de Darío, así también los insultos que siguen al
costado y debajo de la nota hacia su persona de parte de los “indignados”
hombres de la plebe aristocrática del país.
El hotel Edén era un lujo. Hoy la mirada rosada de los leones parece vigilar el pasado que no vuelve, pero todavía quedan vestigios de las enormes máquinas, los árboles centenarios y las sarcásticas notas de un gran poeta.
Estimada
ResponderEliminarSe agradece haber acercado estos versos del indeleble Rubén Darío.
Saludos desde Buenos Aires.